Mont Saint Michelle parece suspendida entre el cielo y la tierra conforme te vas acercando entiendes porque durante la Edad Media también se le denominó la Jerusalén Celestial.
Mis palabras ante La Maravilla como le dicen los franceses, se sienten tímidas incapaces de describir lo que ve y siente mi corazón.
Este lugar se encuentra al Norte de Francia en la Normandía, como a cuatro horas y media de Paris.
Desde que empecé a planear mis vacaciones, una palabra empezó a resonar en mi cabeza: Peregrinaje!
Así que siguiendo a mi corazón decidí venir a Paris, aún y cuando por las fechas parecía imposible de lograr, en el último momento conseguí el boleto de avión en la tarifa que podía pagar... y así dejando todo en Manos De Dios llegue a Paris.
Sabiendo cual era la finalidad del viaje lo primero que hice fue contratar el tour... como dije todo el tiempo he sentido la guía, la presencia constante de Dios y de mis ángeles...así que hoy llegue al punto de encuentro, llevada por sus alas, porque en el último momento a pesar de que me perdí, no sé cómo, llegue al lugar de donde saldría el tour en el último minuto, con estas palabras... no desfallezcas ya estás aquí!
En cuanto me subí al transporte, tal vez por el cansancio, caí en un sopor... y las palabras de la guía que hablaban de que este monasterio fue construido en el año 700, en virtud de que Arcángel San Miguel, en sueños se le apareció al obispo Oubert, pidiéndole construyera en ese preciso lugar el templo, empezaron a perderse.
Y así empecé a escuchar...
Cada paso dado te trajo hasta aquí la vida no solo es una sucesión de pasos, sino una sucesión de pasos con un destino... cuando aparte de la fuerza pones en movimiento la voluntad logras un propósito.
Los pasos, no tienen ningún sentido si no se hacen en un camino. El camino es el propósito, ese es el sentido del camino.
Peregrinaje , peregrino...es el viajero que, por devoción o por voto, visita un santuario o algún lugar considerado sagrado sin más medios que su fe
El peregrino solo se preocupa de llegar... sabe que Dios pondrá al alcance los medios para lograrlo., ese es el sentido más grande de la Fe, es esa confianza, de que todo será puesto para cumplir ese propósito, si tan sólo empieza a caminar hacia ese destino.
Arcángel Miguel
Entre sueños recordé como en la Edad Media efectivamente el peregrino no llevaba nada en su viaje (más que lo puesto) y confiaba en que las buenas personas del camino le brindarían lo necesario para poder llegar (hospedaje)... ese sigue siendo, por ejemplo, el sentido del camino De Santiago.
Entonces comprendí que en esta vida todos somos peregrinos... que lo único que tenemos que saber es cuál es el destino al que queramos llegar (santuario) para que Dios ponga los medios en el camino que vamos recorriendo.
Llegamos a la primera parada para desayunar... y la palabra peregrino seguia retumbando en mi cabeza... cómo un eco que mientras más avanzábamos más fuerte sonaba.
Continuamos el recorrido, la guía hablaba de cómo a raíz de la revolución francesa el lugar fue abandonado por la orden monástica y se convirtió en prision, por lo que durante un tiempo fue conocida como la Bastilla Del Mar, no siendo hasta 1979 que fue declarada patrimonio de la humanidad.
Conforme avanzábamos la emoción me fue embargando... a lo lejos parece que El Monte se encuentra colgado entre el cielo y la tierra... por ser temporada de secas se puede ver la línea de la Playa... pero cuando sube la marea El Monte se convierte en una isla, en un lugar inaccesible, por lo que también durante la Guerra de los 100
Años entre Francia e Inglaterra se mantuvo siempre como un fuerte, sin que jamás pudiera ser invadido por los ingleses gracias a la protection del Arcángel San Miguel.
Al llegar al monte te das cuenta de que efectivamente es un lugar celestial... una vez cruzadas sus puertas, puedes regresar en el tiempo a la época de su construcción, debido a su antigüedad y al tiempo que tardó en construirse (300 años) se mezclan en su composición los estilos arquitectónicos del medievo, el románico en las torres y almenas y el gótico en sus arcos y vidrieras.
Pasadas las calles de lo que sería la aldea, ahora convertida en tiendas, empiezas a subir los 310 escalones que te llevan al monasterio... y entonces sientes como si esa escalera te llevara al cielo.
Los peregrinos de todas partes del mundo, suben estas escaleras, aunque hay muchas personas que prácticamente por la edad o algún impedimento físico, lo hacen con mucho esfuerzo... pensé en lo afortunada que soy no solo por estar allí sino en perfecta salud y escuche el segundo mensaje:
No pospongas tus sueños, no dejes para mañana lo que tu corazón anhela hoy... solo hay dos preguntas que tienes que hacerte cada día de tu vida... donde estoy y que estoy haciendo (aquí y ahora), lo que hice o adonde fui no tienen valor, mucho menos lo que haré o donde estaré... vivir para el día de mañana así como posponer tus sueños es no vivir el hoy.
El peregrino solo hace el camino... no espera hasta tener todo lo que cree necesitar para andar el camino, lo mueve la Fe... la confianza en Dios.
Y nosotros, me conteste a mi misna, no nos atrevemos a caminar sin tener todas las respuestas, es como si hipotecáramos nuestro presente para vivir un futuro que tal vez nunca llegue.
Terminamos de subir y dejaré que las imágenes hablen por si solas.... para compartir en otro post mi experiencia en el monte, debiendo decir que es una experiencia indescriptible porque efectivamente no existen palabras para describirla, sino que solo puede ser experimentada desde el corazón con el alma y el cuerpo.
Referencias:
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