La frecuencia del amor
Lo igual atrae a lo igual.
Nos relacionamos por frecuencia y resonancia.
Aplica para todo. No solo para personas sino también para sentimientos, pensamientos y emociones.
Cada vez que permites que las palabras de otros te afecten es porque resuenan con una memoria.
Trabajando la memoria le quitas la fuerza a las palabras. Las palabras están ligadas a las memorias, estas son energías que evocan situaciones, personas o cosas
El que alguien te critique (te diga que estás gorda, flaca, que eres torpe, distraído, etc) trae inmediatamente hacia ti un recuerdo, ese que llamaremos el primer recuerdo o la primera memoria, remueve un sentimiento que va ligado a una emoción y se convierte en una distorsión de tu propia energía.
La palabra, el recuerdo y la emoción continuarán vibrando creando lo que no quieres en tu vida hasta que la palabra deje de tener eco en la memoria y deje de provocar la emoción.
Ese momento que tu llamas sanacion es la liberación, ser libre no es solo elegir a donde ir o que hacer sino elegir que energías permites que entren en tu mundo y que energías no... ello no se hace solo a través de la voluntad, sino a través de la vibración.
Cuando decimos primero fue el sonido lo que decimos es que primero fue la vibración de la creación en expansión.
La única sanacion posible es sanar la memoria que te trae el recuerdo que te causa la emoción que libera el sentimiento.... para lo cual debes considerar que subyace a través de las palabras que remueven tu mundo.
Sanar esa primera memoria hará que las palabras al no tener resonancia no entren en tu mundo y por tanto que no creen disonancias en tu vida,.
Tu mundo es tu creación
Tu solo creas tu mundo y no puedes alterar el mundo de nadie más a menos que el otro permita a través de la resonancia, que tus palabras o acciones alteren su propio mundo
Vivimos en un mundo en el que todo resuena... y solo lo que tiene la misma frecuencia se atrae, ese es el principio de la creación.
La creación es un acto de amor, (todos) somos fractales divinos viviendo una experiencia de auto reconocimiento divino.
Por eso la única frecuencia posible para la creación es el Amor, cuando niegas tu origen divino entonces creas una disonancia, que se manifiesta en tu propia creación (o si prefieres en la creación humana).
Por lo tanto lo que vives o más bien lo que te gusta o te disgusta de lo que vives, no es culpa de nadie, sino de no reconocerte a ti mismo, como Creador... responsabilizarte de tus creaciones es hacerte consciente de que tu eres Dios en acción.
Referencias:
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