Es curioso, pero ayer vino a mi la palabra dolor y digo que es curioso, porque en ese momento no me dolía nada, así que entendí que se trataba de re significar la palabra y me puse a buscar, guiada como siempre, su significado; sin embargo, lo que fue sorprendente para mi es que no existe una definición de dolor, sino que las definiciones desde las etimológicas hasta las de diccionario, no definen dolor, sino que solo describen lo que es el dolor o lo clasifican, haciendo referencia a los diferentes tipos de dolor que existen.
En ese momento, me di cuenta que el dolor no se puede definir, es decir delimitar, porque es una experiencia, y cada experiencia es diferente para cada persona y la descripción de la misma, dependerá de las creencias, memorias propias o ajenas, e incluso de lo que ha significado la palabra para el clan, la familia o a nivel colectivo.
Por eso, buscando más allá del significado, me di cuenta que hay diversas palabras que han caído en el desuso, pero que etimológicamente vienen de la misma raíz latinadolare, tales como doladera, dolabra y dolabro, que hacen referencia a objetos que se utilizaban para cortar, alisar o pulir, y sin que ello sea la verdad, me quede pensando, y si de eso se trata el dolor como experiencia, de ese instrumento que nos alisa, que nos pule, y a veces, claro, también nos corta.
Sin embargo, esa madera que la doladera pule, ese objeto que el dolabro corta, se hacen con una única intención, transformar, y por eso es que un trozo de madera puede ser una silla y un pedazo de tela una prenda de vestir, es decir, desde esta perspectiva el dolor no sería más que el instrumento que, de alguna manera, nos corta, nos pule y nos alisa, para que podamos transformarnos, en qué, en aquello que nuestra alma clama y la mente no escucha. Piénsalo y dame tus comentarios. Con amor SoloDi.
Referencias:
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